HISTORIA DE UN AMOR FRUSTRADO

Monday, February 20, 2006

UNA JUEZ FRENTE AL MALTRATO

"EL INTERMINABLE CASO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO"
Hoy me hago eco de esta reseña bibliográfica, pero todavía no he podido leer el libro, así que no puedo opinar... Pero podría darse el caso que de las informaciones allí reflejadas, la idea no sea la correcta, sobre todo desde que la autora se identificara: terrible dilema de los servidores públicos cuando toman partido por una de las partes: sus decisiones, de entrada, adelecen de la imparcialidad necesaria como para hacerla realmente válida para la totalidad de la sociedad a la que sirve; amargo trayecto cuando desde la tribuna pública sólo "se atiende" al maltrato de unas de las partes... Pero, claro, ya estamos otra vez con el maniqueísmo ¿a quién le debo la plaz? ¿Al partido político de turno? Entonces no podré hacer nada que moleste al que ocupa ahora las riendas del poder. O al revés, si fui nombrado por el que salió, los entrantes me "tratarán de acribillar con todas las armas a su disposición": el mejor caso recientemente destapado ha sido el del FISCARL FUNGAIRIÑO... Así que mal vamos cuando uno de los poderes, el judicial, teóricamente independiente, se somete de manera tan servil al político... Y, como decimos por estos lares, de tales polvos, salieron estos lodos. ¿Hasta cuando la sociedad aguantará que los chiripitifláuticos de los políticos lo manoseen todo y lo pudran sin tener que dar explicaciones a la ciudadanía? ¿Para cuándo las listas abiertas en las que cada político los tenga tan bien puestos como para enfrentarse directamente al electorado y no "amagarse" tras las siglas de los partidos políticos que en nada representan a la realidad que nos toca vivir?
Como muestra, un botón: el primer gobierno de izquierdas ¿qué es eso? de la historia moderna de Cataluña está dispuesto a poner en práctica una nueva LEY castigando a sus profesores y a sus alumnos a tener una hora más de permanencia en los centros... ¿para bien de los alumnos? ¿Alguien se lo cree? ¡Anda ya! El único aspecto realmente cierto es el de suministrar a la poderosa patronal catalana de la enseñanza un pellizco millonario al poder cobrar directamente del erario público (no de los padres) una hora que ellos venían haciendo de más y con la cuál justificaban el cobro a las familias (aunque oficialmente ellos digan que no cobran nada: si no la pagas, el niño no puede estar en la escuela privada que pagamos todos... Para más inri, ellos (los políticos) dicen que la escuela es LAICA (Acofensional), sin embargo apoyan dedicidamente a la ESCUELA PRIVADA que, mayoritariamente en esta región ¿nación?, es de carácter religioso... ¿No se les llena la boca de "espuma" cuando lanzan sus mensajes? Entonces por qué hacen lo contrario de lo que propugnan. ¡Parecen argentinos, en lugar de catalanes! Posiblemente, tras el efímero paso de la II REPÚBLICA, estemos viviendo el peor de todos los gobiernos regionales posibles en esta zona del Nordeste de España.
Pero volvamos al libro, o no tendré tiempo de colgarlo.
***************************************
UNA JUEZ FRENTE AL MALTRATO. Raimunda de Peñafort. Editorial Debate, 2005.
Reseña de MARTÍN PRIETO en EL MUNDO, 12 de febrero de 2006
[EL PURGATORIO DE LOS LIBROS].
Tuve conocimiento cabal y tardío de la violencia de los hombres sobre las mujeres en una sociedad tan machista (y tan hipócrita) como la argentina. El boxeador Carlos Monzón (un puma asesino en el ring) cogió a su amante por el cuello, la asfixió con una sola mano y la tiró por el balcón de un segundo piso. Luego se tiró él fingiendo una caída en pareja durante el forcejeo. Un forense hizo desaparecer el esternocleidomastoideo para eliminar pruebas del estrangulamiento.
El presidente Carlos Menem visitó al púgil en la cárcel para expresarle su apoyo. De la asesinada no se ocupaba nadie aunque sí la diosa Retribución: Monzón cumplió la parte proporcional de su pena y en un permiso de fin de semana se mató con un coche en la carretera de La Plata. Todos los fariseos se condolieron con su muerte.
Quien probablemente sea el mejor actor argentino de todos los tiempos, respetado y querido en su patria y en España, es un reputado cascador de mujeres y practica la variante de la defenestración, salvándose sus amantes o esposas por la precaución de rentar un piso bajo, y sin embargo un almibarado silencio rodea los perfiles más negativos del gran macho de la interpretación.
Para nosotros, durante el franquismo, estos asuntos apenas salían en los periódicos, y en caso de muerte el crimen pasional daba al homicida una indulgencia casi plenaria y hasta la respetabilidad social del marido supuestamente ofendido. Lo del crimen pasional era la equivalencia jurídica de la maté porque era mía [aquí Martín Prieto hace una alusión directa a una película francesa y en la que precisamente el protagonista hace eso con su esposa]. Demasiada copla para impartir justicia.
La Transición política solapó con sus temores e incertidumbres otros problemas del tejido social como las relaciones hombre-mujer, y ahora nos hemos despertado en la pesadilla de que hay más mujeres inmoladas por sus maridos, sus amantes, sus compañeros, sus novios, que semanas tiene el año [acotamos que ello es cierto, incluso más: pero una mayoría se esos "especímenes" son de origen extraño a la sociedad española, aunque el hecho de que ocurra aquí nos haga ver que somos nosotros los responsables. Nunca más lejos de la realidad, pero vivimos momentos perversos en los que la sociedad no puede aguantar por mucho tiempo la llegada masiva de personas de los cinco puntos cardinales, con perfiles educativos, de costumbres y de creencias tan disímiles, como para adaptarse a una sociedad que ya de por sí les es extraña]. Y el sangriento barómetro sigue subiendo. La policía especializada no da más de sí, los alejamientos no se cumplen, los gastos por hijos no se pagan, las amenazas no se investigan, las plegarias no son atendidas y te matan una seman después de haber rogado amparo a una jueza, las casas de acogida son una huida hacia la clandestinidad...; un desbarajuste de buenas voluntades.
Raimunda de Peñafort, jueza, es la autora de Una juez frente al maltrato (Ed. Debate). Ella prefiere identificarse con el masculino-neutro y yo creo que es má correcto jueza, pero tiene la magistrada tal nombre y apellido que no se sabe si santifica la justicia o da ésta a la santidad. Así nombrada no puede faltar al Derecho.
Su señoría explica que siguiendo con la nueva normativa, es cierto que en su texto se emplea indistintamente ambas denominaciones: violencia de género y violencia sobre la mujer. En su preámbulo se afirma que la misma se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad y la define como una violencia que se dirige sobre las mujeres por el mero hecho de serlo, por ser consideradas por sus agresores carentes de los derechos mínimos, de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Las Naciones Unidas en su Conferencia Mundial de 1995 (fecha muy tardía para lo abominable del caso) silueteó la violencia de género como "la manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres y las agresiones sufridas por la mujer como consecuencia de los condicionantes socioculturales que actúan sobre el género masculino y femenino, situándola en una posición de subordinación al hombre y manifestadas en los tres ámbitos básicos de relación de la persona: maltrato en el seno de la pareja, agresión sexual en la vida social y acoso en el medio laboral".
Para salir de esta ordalía de golpes, navajazos o botellas con gasolina, han de entender las mujeres que sus primeros aliados son los hombres, en los medios de comunicación, en las ONG, en los dispensarios, en el Parlamento y en el Gobierno, aunque la autodefinición de ZP [JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO, el actual presidente de Gobierno Español perteneciente al PSOE] como feminista radical suene a buñuelo de viento electorero.
Una inteligente amiga mía estima que todos los hombres son unos hijos de puta, y ése no es el camino intelectual para contemplar el problema. La autora no está de acuerdo, pero debería haberse hecho una ley de violencia doméstica y no sólo de género, encapsulando la crisis de esa vivienda donde se maltrata a los ancianos, a los niños, a los parientes y, por suesto, al ama de casa. Se podría identificar al tardo agresivo con mayor facilidad controlándole lejos del seno familiar. Todo esto es contingente, pero admitirá la jueza De Peñafort que los resultados de la Ley de Violencia de Género son avarientos y que aquí estamos matando mujeres como nunca en un sacrificio con sordina y jeremiadas.
La mujer ha sido siempre el proletariado del hombre, pero también fue subliminada hasta extremos grotescos por el Romanticismo, y hoy lo que avanza es el desprecio de su sexo. El maltratador/asesino es un frustrado antes que un psiquiatrizable, no tolera el éxito o la independencia femenina y se siente humillado ante las variables amorosas de su pareja. Su ego estalla ante el crecimiento del antagonista. Es un frenotipo al que se le ve venir desde leguas pero las mujeres no suelen denunciar los prolegómenos de su futuro martirio, ni caso que les harían, también es verdad.
El arsenal legal hay que endurecerlo para que el cascador disfrute de las delicias de la cárcel preventiva sin fianza desde la primera paliza. Por mucha "Gilda" que le echemos al asunto, una pareja está rota desde la primera bofetada. Pero hay jueces y juezas que priman la unidad familiar sobre la seguridad de uno de sus miembros y tratan a los maltratadores con guante de seda intentando llevarles a la buena senda con golpecitos en la espalda considerándolos como si fueran transparentes y no una bomba de relojería humana.
Como el libro de nuestra Raimunda de Peñafort está trufado con los relatos de las víctimas, el volumen es lacrimógeno y para mí poco optimista. Ya no caben las acciones bienintencionadas: 2006 batirá marcas en mujeres asesinadas por sus próximos. Para Sartre el antisemita persigue al judío porque le tiene miedo; el maltratador ataca a las mujeres porque les teme.
***************************************
Como escribí al principio: no puedo opinar sobre esta obra hasta no haberla leído. En cierta medida hay algo que ya se deja entrever con la reseña del periodista que durante muchos años estuvo de corresponsal en la zona del Plata, por lo tanto conoce bien el género del que habla. Otra parcela que considero es aplicable a mi caso, siempre se habla en masculino y es que no siempre podemos substraernos a la realidad del lenguaje, por mucho que los colectivos feministas pretendan feminizar todo el vocabulario, lo que nos lleva a un endiablado crecimiento de los conflictos. Sin quitar ni poner nada: estimo que la violencia es violencia en sí misma, no por el que la infringe. Hay tanta o más violencia en la mujer que actúa de manera "psíquica" como la que genera el "macho" al actuar con la fuerza. O sea: que debemos de administrar la justicia con igual dureza sea quien sea el causante del drama. Ahora, lamentablemente, los palos "más fuertes" ha de calgarlos el hombre, luego que no se quejen cuando éste, sabiendo la que le cae encima, trata de esquivarlos y, obcecado, comete esas atrocidades que todos acabamos lamentándolas... Pero el hecho está ahí y lo más sensato habría sido una LEY EN LA QUE EL CASTIGO ES POR IGUAL y no doble para el hombre... Pero ya hemos recogido otros materiales sobre el tema y, lo más sensato es no volver a recogerlos. Si somos iguales para lo bueno, hemos de serlo también para lo malo.
Ningún hombre, en su sano juicio, haría lo que día tras día nos traen los telediarios y las páginas de sucesos. Analicen severamente lo que sólo son editoriales alarmistas y verán que tras esa macabra escena, quedó un hombre, generalmente destrozado, en muchos casos se le obligó abandonar el domicilio conyugal y, en no pocos, encima, se le obliga a pasar una pensión alimenticia a la mujer ¿por qué? De acuerdo que los hijos son de ambos y necesitan ser educados, alimentados y subidos hasta convertirlos en ciudadanos de provecho. Al condenar a una de las partes al ostracismo, al hacerle trabajar únicamente para cubrir las necesidades que, por imperativos legales se le imponen, no es difícil imaginar que ése ser humano reaccione, obcecado, con no mucha libertad de opciones. Luego de aquellos polvos, salieron estos lodos. Toda la vida hemos visto parejas que se separaron (sin pasar ante los jueces), pero nunca se dio tal cantidad de asesinatos, como decía aquella célebre "mujer" de la tele de hace un par de década ¿Por qué será?
¡Señores políticos; letrados; juristas; intermediarios sociales: hagánselo ver, porque igual la solución es mucho más sencilla o a lo mejor tendremos que considerar que en realidad ninguno quiere que esto tenga solución ya que los divorcios en estos momentos dejan unas cifras billonarias a los bufetes que los gestionan!
Los poderes públicos harían mejor en facilitar la salida a las parejas en crisis y no en "añadir" negocio a los "mercaderes del dolor" como podríamos considerar tantos y tantos bufetes de abogados. Un proceso en el que, con suerte, te puede salir un pellizco que pueda representar un 25% de tu salario mensual hasta ver solucionado el caso.
¿Por qué el "mutuo acuerdo" tiene siempre que contar con la presencia de abogado y procurador? Si es mutuo y la ley lo prevé, ¿qué pintan los leguleyos en ese "mercado?
***************************************

1 Comments:

  • Me encantó leer esta parte del blog. Pocos materiales en prensa han llegado a analizar tan friamente un problema tan sencillo.
    Saludos.

    By Anonymous Anonymous, at 10:20 AM  

Post a Comment

<< Home