MALTRATADORA

Como ya había comentado, ahora trato de recuperar el tiempo perdido mientras "vivía en penetración permanente", o sea: garchando como dicen los argentos o simplemente "follando" como decimos nosotros los españoles. No tuve la oportunidad de entregarme a uno de los máximos placeres del ser humano: la lectura. Un libro puede ser bueno o malo, pero bien leído, nunca te hará daño y siempre te abrirá caminos, a veces desconocidos, para tu vivir cotidiano.

Uno de los días de lectura encontré un buen artículo escrito por BERNABÉ TIERNO en EL SEMANAL el 28 de agosto de 2005, e-mail buzonpsicológico@clubelsemanal.com por si creen de interés dirigirle alguna pregunta o sugerencia. Únicamente cambie [en la transcripción] el masculino por el femenino para adaptarlo a mi caso particular.

LA MALTRATADORA ¿Cómo es?

Sabemos que las personas maltratadoras y violentas no sólo pueden haber sido niñas maltratadas, sino que han aprendido en el propio hogar esas conductas. No hay persona violenta que no aspire a ejercer un estricto control y poder casi absolutos sobre su pareja, igual que no hay maltratadora física o psíquica que admita que lo es. Todas se consideran personas completamente normales y dicen que es la otra quien les controla la vida. El dominio que ejerce la violenta no se limita a lo que hace o deja de hacer su pareja, sino que necesita controlar hasta los pensamientos y sentimientos más íntimos, porque no ven al otro como persona, sino como cosa, algo que le pertenece y de quien tiene que saberlo todo, fiscalizarlo todo y tenerlo bajo control.

Las personas violentas, suelen tener una baja autoestima y sentirse fracasadas, no saben pactar, escuchar ni llegar a acuerdos y, a menudo, emplean el chantaje o la amenaza para lograr lo que pretenden.

Esta anónima comunicante me pregunta en su carta por qué la persona que le maltrata quiere abandonarle. La explicación es sencilla: porque te considera como algo de su exclusiva pertenencia y no sabe vivir sin sentirse dominadora.

La reacción de la persona violenta, al verse abandonada, sobre todo en el caso del hombre, es tremenda. Cuando es la mujer la que pretende poner fin a una relación, lo vive como una catástrofe emocional y un fracaso personal. Primero trata de reternerlo por la fuerza. Si no lo consigue, recurre a la compasión y al chantaje, amagando con suicidarse o con llevársela por delante, una amenaza que puede hacerse real en cualquier momento. El aislamiento emocional es otra característica de la maltratadora, que lo único que expresa con facilidad es su cólera, pero no siempre a las claras, sino con violencia disimulada, con miradas y gestos amenazadores que sólo recibe la víctima, abrumada, enmudecida y atemorizada.

En síntesis, toda persona maltratadora es un ser violento con severos problemas de autoestima que compensa sometiendo y humillando a quien considera que es más débil que ella.

LEAN DETENIDAMENTE el artículo y después pasen al blog. Lástima que "el cipote" esté tan ciego en momentos tan delicados. Pero ya se sabe: no podemos dejar que el corazón sea el que hable, porque éste, de una u otra manera, actúa cegado por la pasión. Y en mi caso no era una pasión natural, sino inducida porque, ¿cómo no había descubierto antes que podía estar fornicando durante días enteros y el "palo" siempre en posición inhiesta para ensartar cualquier "agujero" que le pusieras por delante?, ¿fue ese el motivo por el cuál, cuando dije "BASTA", ella cogió las de Villadiego y salió "volando", huyendo de la quema? ¡Lástima no saber el contenido de la pócima que tan diligentemente ella [la yiro*] y su hijo el INSOLENTE me suministraban con tanto amor...! ¡Sólo me hubiera faltado haberme "follado" también a la pibita, nada más llegar a España se nos metió en la cama y se puso en medio de la madre y mío, en ese momento estábamos en plena copulación. Cuando las personas son criaturas, es algo normal... ¡Pero no es normal que una pibita de 18 años y -virgen, según su madre- se te coloque en medio de la faena...!

En mi caso, las cosas ya no las veo tan normales. La pibita llevaba años trabajando en un "lupanar" nocturno [allí les llaman también "boliches" a los chiringuitos que se utilizan para captar a chicas para ejercer]... Regresaba a altas horas de la madrugada, ¡cuando regresaba! En mi casa en España, apenas pasó dos días y si te vi no me acuerdo... Ya que enganchó "al boludo" del gallego y estuvo ensartándolo durante varias semanas y, por lo que el chico contó, el ensarte fue de manera similar a como me lo hacían a mi:

Todo eran sonrisas, buenas comidas, buenas dosis de mete-saca y a la que te descuidabas ya estabas de nuevo en el "tajo" [el chico trabajaba en la construcción, hace meses que no lo veo por aquí, la última fue para decirme que si algún día aparece por España le piensa cobrar los 10.000€ que le sacó -recordemos que estuvo girándole varios meses a la Argentina- a base de "polvos", a lo que le contesté que esperase sentado]. Por supuesto cuando se puso en cuclillas para explicar cómo se colocaba la pibita para estrujarlo [el birmano] dice que veía hasta los agujeros negros del cosmos...

¡Evidentemente había tenido buena entrenadora! Su madre bordaba esa posición hasta que te hacía enloquecer y comenzabas a mordisquearla con un frenesí desconocido para mi. El ensarte del día que quedó metida entre el sommier y la cabecera de la cama será algo que, para bien o para mal, nunca se podrá olvidar...! Allí continuamos dándole matraca hasta que caímos sobre el suelo y después de casi dos horas más de "chup-chup" nos desplazamos extenuados del piso para ponernos de nuevo sobre el colchón a reventar lo que se pusiera por delante... Fue uno de esos fines de semana bestiales en donde estuvimos casi 48 horas encamados hasta que sonó el reloj para ir a trabajar el lunes...

En fin, que Vladimir Nabokov podría emplearse a fondo relatando estos hechos para novelas mucho más escabrosas que LOLITA. A estas alturas de la vida me parece una novela verdaderamente mojigata, tal vez porque mi experiencia vital supera con creces aquellos relatos. Lo único que no se corresponde es la edad, en mi caso, la yiro era una persona que superaba los cuarenta años, en la cuestión de "follar-coger", tenía un MASTER por la mejor UNIVERSIDAD... ¡Menudo atracón se deberían de dar sus profesores si a todos los "estrujaba" de la misma maneera!

Ese era otro "fiasco". Según ella tenía los estudios acabados a los 15 años ya que en Argentina había sido alumna prodigio... Lamentablemente cuando visitamos la UNIVERSIDAD no hubo manera de conseguir que pidiera en secretaría la correspondiente certificación, siempre el mismo cuento: la persona encargada de los expedientes académicos no está, no ha llegado, aún no es la hora, y un largo etcétera. En realidad, visto lo visto, los argentos siempre lo saben todo, siempre lo tienen todo... ¡Pobre de tí si das pábulo a lo que te están largando!