CHISTES-3 (LOS MAS GRACIOSOS SOBRE ARGENTINOS)
¿Y qué extraña capacidad de contagio poseen las necedades, los disparates y los razonamientos endebles, para que con facilidad prendan en muchos, y sean repetidos una y otra vez, sin que los ataje nadie?
[Javier Marías]
NO ENTIENDEN EL IDIOMA: CHISTES CON SENTIDO SEXUAL.
Así parece:
Dos argentinos están recién llegados a Madrid, observan y escuchan todos los comentarios a su alrededor. La expresión en sus rostros va denotando sorpresa y alegría. Al rato uno de ellos le dice al otro:
-¿Viste? Yo te dije que éste debería ser un país de pura joda*. ¿No escuchaste que aquí todos se la pasan cogiendo a cada rato?
Y el otro contesta:
-Sí, pero también son muy degenerados. ¿No escuchaste que uno cogió un perro caliente?
Cómo se llama:
Un argentino llega al aeropuerto de Madrid en vuelo de Aerolíneas Argentinas y se dirige inmediatamente a un estanco de la terminal aérea.
-Che, flaco, ¿me das un paquete de cigarrillos?
-Perdón, señor, pero cigarrillos no tenemos.
-¿Qué? ¿Te hacés el piola, pibe? ¿Y eso qué es?
-¡Pitillos, hombre! Se llaman "pitillos".
-Esteeeee, bueno. Dale y dame una caja de fósforos.
-Disculpe Ud. pero fósforos no tenemos.
-Ah, ¿sí? Y esto, ¿qué es?
-¡Cerillas, hombre! Se llaman "cerillas".
-Esteeee, y decíme una cosa, pibe, a los pelotudos, aquí en España, ¿cómo los llaman?
-Bueno, mire hombre, a los pelotudos en España no los llamamos, vienen solos en los vuelos de Aerolíneas, como Ud.
Tal para cual:
En una fiesta de sociedad un madrileño le presenta una hermosa joven a un argentino:
-Alberto, le presento a la señorita Pura Concha*.
-Me parece, flaca, que la vamos a pasar bárbaro, porque yo soy pura pija*.
Ya era tarde:
Una argentina, poco costumbrada a beber, pero curiosa por conocer el famoso coñac español, estaba completamente borracha en la barra de un bar. En un momento dado, se tambalea y se cae, un parroquiano preocupado por la situación se acerca y le dice:
-Disculpe moza, ¿me permite que la coja*?
-Si hubieras venido tres copas antes, te diría que sí, pero ahora estoy tan borracha que sólo quiero ir al baño a vomitar.
Pedido:
Un argentino se encuentra de paseo por Galicia y escucha decir que el cura del pueblo es muy bueno con la gente y que aparta a las chicas perdidas por la mala vida.
-Ni lento ni perezoso, el argentino corre hacia la iglesia y pide ver al cura.
-El cura lo recibe y le dice:
-¿Qué quieres, hijo mío?
-Escuché decir que Ud. aparta a las chicas perdidas por el mala vida.
-Sí, hijo mío ¿Por qué?
-Yo quisiera preguntarle cuánto me costaría que me apartara un par para este sábado por la noche.
Ni se enteró:
Unos chavales madrileños intentan asaltar a un turista argentino cuando sale de una tienda con frutas. Los chavales le amenazan con sus navajas y le dicen:
-¡Las pelas!
El argentino responde:
-Esteeeee.... ahora no, gracias. Las pelaré al llegar al hotel.
Poco trabajo:
Un madrileño se acerca a una puta argentina en el Paseo de la Castellana.
-¿Cuántas pelas?
-Y, mirá flaco, ahora con este tema del SIDA la calle está dura. Con suerte, tres o cuatro por día.
Oscuras:
En un prostíbulo del barrio chino de Madrid estaba trabajando una puta argentina, un día un cliente gallego le dijo:
-Guapa, ¿alguna vez te follaron os curas?
-Mirá, pibe, aquí me cogieron a oscuras, con luces, y hasta con reflectores cuando se mandaron las pornográficas.
EL SUPER-MACHO QUE TODO ARGENTINO LLEVA DENTRO.
Aclaración:
-¿Sabés una cosa, gaita? -Para que sepas, los argentinos nos caracterizamos por estar bien dotados. Por ejemplo, yo tengo la pija de 10 centímetros...
-¡Oye, hombre, eso no es ninguna hazaña...!
-¿De diámetro?
El genio:
Un argentino muy morocho* se encuentra una lámpara maravillosa. Tras frotarla sale un genio agradecido que le dice.
-Gracias, amo. Me permitiste salir a ver nuevamente la luz, tienes derecho a que te conceda tres deseos, pero... ¡Piénsalos bien antes de formularlos!
-¡Sí, sí, ya está! Quiero ser blanco, que las minas* se me abran de piernas encima mío y que yo les meta el chorro bien caliente por el orto.
-Y ahí, nomás, el genio lo convirtió en un bidet.
Otra de genios:
Otro argentino se encuentra con la misma lámpara mágica y luego de volver a frotarla, vuelve a salir el genio.
-Gracias, amo, me permitiste salir a ver nuevamente la luz, y tienes derecho a que te conceda un deseo.
-Bueno, bueno, quiero que la pija me llegue hasta el piso*.
-Y ahí, nomás, lo dejó sin piernas.
Sexo:
Un director de personal de una empresa de Barcelona está leyendo el expediente que acaba de completar un aspirante argentino para el cargo ofrecido:
Nombre: Alberto Luis Benvenutto.
Profesión: Psicoanalista.
Sexo: Enooooooooooorme, ché!
Un pete* [Una chupada]
Una noche, una pareja regresa a casa de la beba*. En la puerta, poco antes de despedirse, el chico extiende la mano y la apoya en la pared, cortándole el paso a su novia, le dice:
-Dale bebita, hacéme un pete.
Sonrojada, ella le responde:
-Pero vos estás loco... ¿Cómo te la voy a chupar acá?
-Vamos no seas tonta, si te gusta, hacéme un peeeete!
-¿Pero vos que decís...? ¿Y si baja algún vecino o alguien de mi familia?
-Va, bebita, dale. No te hagas de rogar que sabes que me gusta mucho. Dale, sé buenita y hacéme un petetón sabrosón, rapidito.
-Vos estás del tomate. ¿Acá, en la puerta de mi casa?
-Dale, un toquecito, y después me voy.
-Vos estás completamente pirado.
-PETE, PETE, PETE....!!! Dale, hacéme una refregadita, mi vida.
-Que no y se acabó...!!! Acá no te hago una chupadita ni en pedo.
En ese momento, se oyen ruidos, en la escalera aparece la hermana (de ella), medio dormida.
-Dice papá que se la chupes, o si no, que se la chupe yo, o que si no baja mamá y se la chupa ella, o en último caso baja a chupársela él mismo, pero, por favor.... que saque la mano del portero electrónico que no nos deja dormir.
Bien macho:
Un argentino está discutiendo acaloradamente con un español:
-Mirá, gaita, me tienen podrido con sus chistes de mierda. Para que sepas, nosotros los argentinos somos bien machos. Lo que les jode a ustedes es la envidia.
-No te enojes, chaval, pero dudo que sean tan machos. Te apuesto mil euros a que no tienes cojones de aguantar cualquier cosa.
-¿Qué no voy a tener, ché? ¡Hecho! Acepto la apuesta.
-Bueno, argento, veamos si tus cojones aguantan una de mis patadas.
El argentino comprende entonces que cayó en una trampa del gallego, pero no puede dar el brazo a torcer, por vanidad y egocentrismo, replica:
-Yo me aguanto la patada en los "güevos", pero después vos te vas a tener que bancar mi patada de zaíno criollo.
-Vale hombre, prepárate.
-El español toma carrera y le pega una patada en los cojones que deja al argentino tumbado en el piso. Después de recuperar la respiración, el argento se levanta y se prepara para tomar carrerilla y devolverle la patada. En ese instante el español lo detiene:
-Oye, lo estuve pensando. Toma los mil euros. No vamos a ponernos a discutir por esta miseria.
Lo peor:
Un argentino estaba paseando por Madrid y tras entrar en su hotel, encuentra a una joven muy hermosa bebiendo en el bar. Entonces nota que la joven está medio ebria y sollozando. Él piensa que habrá sido despechada y, como a piola no le gana nadie, decide tirarse un lance:
-Ché, flaquita, veo que estás muy triste. Vení a mi habitación y contáme qué te pasa, yo te puedo consolar.
-¡Ay, joven, le agradezco tanto su atención!
Ya en la habitación, el argentino le sirve un coñac y le pregunta:
-Contáme, flaquita. ¿Qué te pasó?
La joven se bebe el coñac de un trago y dice:
-Es que mi novio, Alberto, -el muy cabrón- me ha hecho algo terrible.
-¿Qué te hizo, flaquita? ¿Te besó así el cuellito?
-Sí, sí, y me hizo algo peor.
-¿Qué, flaquita? ¿Te acarició así las tetitas?
-Sí, sí, y me hizo algo peor.
-¿Qué, flaquita? ¿Te tocó así el culito?
-Sí, sí y me hizo algo peor.
-¿Qué, flaquita? ¿Te sacó así la ropita?
-Sí, sí, y algo mucho peor.
-¿Te abrió las piernas así, flaquita?
-Sí, sí y algo mucho peor.
-¿Te la metió así, flaquita? ¡Ay flaquita... así, así, así!
-Sí, sí, y algo mucho peor.
-Ufff, ¡pero flaquita!, ¿qué es lo que te hizo tu novio que es tan terrible?
-Ese cabrón de Alberto, el condenado.... ¡Me contagió el SIDA!
Era tarde:
Una pareja de argentinos está en un hotel del centro de Madrid durmiendo tras una agotadora noche de sexo y alcohol. De repente, el varón se despierta, mira el reloj, salta de la cama y dice:
-¡Uy Dio*! ¡Las cuatro de la matina y yo todavía aquí! ¡Mi mujer me mata!
Mientras se viste apresuradamente, la mujer se despierta con el ruido, mira el reloj y dice:
-¡La puta madre! ¡Las cuatro de la mañana, mi esposo me mata, tengo que rajar!
Están vistiéndose mientras ambos corren a saltos por la habitación. En un momento dado quedan cara a cara. Luego de observarse, ambos dicen a coro:
-¡Qué pelotudos! ¡Si estamos de vacaciones los dos!
Olvidadiza:
Está una pareja de argentinos durmiendo luego de follar, cuando sorpresivamente se escucha el timbre. La mujer se despierta desesperada y le dice al varón:
-¡Corré, corré, escapá por la ventana! ¡Seguro que es mi marido!
El varón no lo duda un momento. Desnudo, salta por la ventana, camina por la cornisa, entra por la otra ventana, regresa al apartamento de donde salió, golpea la puerta, toca el timbre, grita. La mujer corre a abrir la puerta y el varón entra furioso en el apartamento y le dice:
-¡Siempre la misma pelotuda! ¡Si yo soy tu esposo!
Histérica:
-¿Sabés Manuel por qué a las argentinas aquí en Madrid les apodamos NO?
-Dime, pibe, dime, ¿por qué?
-Porque NO follan, NO beben, NO quieren piquitos, NO Flaco, salí, NO...
Otra de histéricas:
A un pueblo de Galicia llega una argentina, justo un domingo por la mañana, no encuentra a nadie porque todos están en misa con el cura párroco. Entonces decide conocer la iglesia. La moza, muy guapa, viste un vestido escotadísimo, que dejan ver un hermoso par de senos y una cortísima falda. Cuando entra a la iglesia, se conmueve por el espectáculo de la misa y decide ir a comulgar. Cuando el cura queda frente a ella la mira y le dice:
-Lo siento, hija mía. Así vestida no puedes permanecer en la casa de Dios, ni puedes comulgar.
-Pero, padre, ¡yo tengo el derecho divino!
-Y el izquierdo también, hija mía. Pero estás casi en pelotas y así no se puede.
Y otra más:
-¿Sabes Manuel cómo hay que hacer para follarse a una argentina?
-¿Cómo?
-Te acercás a ella con un vaso de agua y una aspirina. Ella te dirá que para qué y tú le dices: "Porque te duele la cabeza".
-¿Y.....?
-Y ella te dirá: "NO. No me duele". Y ahí tú le dices: ¡Follemos, entonces, coño! ¡Follemos!
Y otra:
-¿Sabés qué le dijo la argentina a Manuel cuando se la quiso follar?
-NO.
-¡Acertaste, hombre!
Los marcianos:
Se encuentra un matrimonio de argentinos de vacaciones en los Pirineos, de pronto ven aterrizar un platillo volante. Al rato desciende del OVNI una pareja de marcianos que se dirige a la pareja de argentinos y le hacen señas para follar e intercambiar las parejas. Convencidos, los argentinos deciden aceptar y se retiran tras unas piedras. Entonces el marciano se desnuda y la argentina observa con desagrado que éste tiene su polla del tamaño del dedo meñique. Luego de soltar una carcajada, observa que el marciano comienza a hacer girar la oreja izquierda y la polla comienza a hacerse más y más larga, pero sigue siendo finita como un meñique. Luego comienza a hacer girar la oreja derecha y la polla comienza a hacerse más y más gruesa. Loca de contenta y muy cachonda, la argentina comienza a follar desesperadamente con el marciano. Luego de un par de horas de sexo frenético se reencuentra con su compañero argentino. Este viene furioso y con sangre en la cabeza.
-¿Qué te pasá, flaco?
-Yo no sé, vos. Pero lo que es yo no quiero saber nada más de intercambiar parejas con marcianos. Encima que no quiso coger, ¡mirá cómo me dejó las orejas esa marciana histérica!
Embrujado:
Un argentino que presumía ante una madrileña de su capacidad para follar y para beber, por ser, capaz de superar al mejor garañón español, es desafiado por la mujer a ir de vinos y terminar en la cama de un hotel.
El argentino, entusiasmado, acepta y comienzan su ronda de bar en bar, bebiendo vino. Luego de un par de bares, y cuando la mujer ve que su compañero ya está listo para ir a la cama, lo mete en el primer hotel que encuentra y lo desnuda para comprobar sus dotes de amante. Antes de poder empezar a hacer nada, el argentino salta de la cama y corre al baño. Al rato se escucha un grito:
-¡Gallega, este hotel está embrujado: el baño prendió la luz cuando abrí la puerta, adentro hace un frío bárbaro y, además, cuando cerré la puerta, la luz se apagó sola!
-Con cara de resignación la madrileña le dijo:
-¡Ven argento de mierda, ven, que estás tan borracho que fuiste directo a mear en la nevera!
La conocía bien:
En un pueblo gallego se encontraban unos paisanos hablando y jugando a la brisca en un bar, de pronto entró un argentino, se dirigió a los parroquianos y les dijo:
-¡Buen día. Yo soy Patricio Alberto Campanelli. Vengo de la Argentina en viaje de placer. ¿Ustedes conocen a Pilarica Fernández?
-¡Claro, hombre! ¡Qué pedazo de mujer! Lástima que sea tan esquiva.
-Bueno, hoy cuando llegué a este pueblo me la crucé por la calle, ¿viste? Ella me miró, yo la miré, le dirigí una sonrisa, la relojié* de pies a cabeza, le fiché bien el culo y las gomas* y le hice una seña.
Los paisanos estaban fríos escuchando el relato del turista. Mientras tanto éste seguía contando su historia.
-Después de eso, ella se me acercó, me tomó una mano, me llevó a su casa, me metió en la cama, me dio una mamada de pija que me volvió loco. Después le hice de todo, el 7, el 69, en fin, le eché 4 polvos. Me pidió que me quedara a pasar la noche, pero, como estoy de paso, deseo conocer otras mujeres de los pueblos vecinos así que seguiré mi camino...
Uno de los parroquianos se acercó al turista y le dijo:
-Hombre, permítame que le felicite. Realmente lo envidiamos. Aquí en el pueblo todos tenemos ganas de follarnos a la Pilarica, pero nadie la consigue poseer. Esto merece que le invitemos a una copa.
Todos estaban dispuestos a brindar con el argento con una copa de Carlos I, de repente, dando un portazo, entra en el bar la Pilarica con cuatro sirvientes de su finca, portando todos grandes cachiporras en las manos. La Pilarica mira alrededor, observa uno por uno a los presentes y pregunta a gritos:
-¿Alguno de ustedes conoce a ese cabrón, gilipollas de mierda, que se hace llamar Patricio Alberto Campanelli, que anda por ahí diciendo que lo pasó cojonudamente conmigo y el muy cabrón hasta dice que me folló?
Un profundo silencio invade el bar. Los parroquianos se miran unos a otros. Sorpresivamente, el turista se acerca pálido, temblando y con sudor en las manos y le dice a la Pilarica:
-Mucho gusto, Madame. Mi nombre es Philip Renouau. Si sabemos algo de ese Patricio Alberto Campanelli se lo haremos saber inmediatamente.
-¡Eso espero, porque cuando lo agarre, le arrancaré los cojones y se los daré de comer a los cerdos!
Sin más, da una vuelta con sus sirvientes y se retira dando un fuerte portazo. Tras un momento de silencio, el argento se dirige nuevamente a los parroquianos y les dice:
-Como les decía, yo soy Philip Renouau y estoy de paseo por aquí...
Ah...
Una madrileña le cuenta a otra:
-Te digo que es cierto, mujer, los argentinos tienen la más larga y la más ancha.
No jodas, eso es presuntuosidad de argentos, puras pamplinas.
-Te digo que sí, joder, que fui a pasear a la Argentina y lo pude comprobar personalmente.
-¿Y qué hombre te la mostró? Cuenta.
-Un guía de turismo. La 9 de Julio es la más ancha y la Rivadavia, la más larga.
Castigado:
Durante la Guerra Civil española un argentino, que luchaba del lado republicano, es hecho prisionero por los falangistas. Estos lo llevan al campamento y deciden torturarlo para que brinde información.
-Chaval, te permitiremos elegir la tortura, para que veas que somos democráticos, coño.
En una celda contigua hay un prisionero al que le están quemando el culo con un hierro. En otra hay un prisionero al que le están arrancando los cojones. Por último, en la tercera celda hay una rubia despampanante que le está chupando la polla al mismísimo General Franco.
-Ese, ese castigo quiero yo, -grita el argentino-. ¡Quiero ir a esa celda donde está la rubia!
Soldado Manuel, lleve a este prisionero republicano a la tercera celda para luego continuar con la tortura y retire a esa mujer, la espía enemiga que están torturando allí.
Don Juan:
Están en el Corte Inglés un grupo de argentinos hablando de mujeres, cuando uno de ellos (el más "piola" porque ya conocía dos palabras: polla y cojones) decide demostrarle a sus amigos sus dotes de Don Juan. Se dirige a una gallega muy guapa que está saboreando un cruasán y le dice:
-Qué pavito tenés, negra.
La gallega se da media vuelta y le dice a gritos:
-¡Por los cojones de todos los santos! ¿Es que siempre tenéis que ser tan gilipollas?
El argentino se sorprende, se da media vuelta para contar su hazaña a sus amigos y llega con una sonrisa. Ellos le preguntan:
-¿Y qué te dijo, flaco?
-No sé, pero por el piropo, me parece que está muerta conmigo.
Y AHORA DE PSICOANALISTAS:
Lógico:
El licenciado Alberto Staffa Ruinovsky se presenta:
-Yo soy psicoanalista argentino.
Y su interlocutor le responde:
-Perdón, ¿no es una redundancia?
Paradoja:
¿Cómo puede ser que, si los argentinos siempre piensan antes de hablar, hacen las cosas siempre sin pensar?
Saludo:
Dos argentinos están caminando por distintas aceras de una céntrica calle madrileña y se saludan:
-Chau.
-Chau.
Luego ambos argentinos continúan caminando mientras van pensando.
-¿Qué me habrá querido decir ese con el "chau"?
Lógico:
Un argentino se encuentra en un paseo madrileño y en un momento dado, luego de observar una bella joven que pasa por su lado, le dice a su ocasional acompañante:
-Esteeeee... Flaco, che, ¡qué mina!, ¿viste?
El madrileño le responde:
-¡Usted es argentino!
-Sí, ¿por qué?
Histérica:
Un psicoanalista argentino atiende en su consultorio de Madrid a una argentina radicada en España. El psicoanalista nota como la joven se sube la falda dejando al descubierto sus bellas piernas. Disimuladamente las mira y la joven baja rápidamente la falda. Avergonzado, el psicoanalista mira hacia otro lado con disimulo. Esta escena se repite una y otra vez. Finalmente, el psicoanalista le pregunta:
-Esteeee... perdón, ¿por qué se sube y se baja la falda?
Y la joven le contesta:
-Y usted, ¿por qué a veces me mira y a veces no me mira las piernas?
Siempre igual:
Un español le pregunta a un argentino:
-Oye, chaval, ¿por qué vosotros, los argentinos, siempre contestáis con preguntas?
-Y..., ¿a vos qué te parece?
Suspense: [PIOLA]
Un hombre casado mantenía relaciones a escondidas con su secretaria. Un día, la pasión los desbordó y ambos se fueron a casa de la secretaria. Exhaustos, debido a una tarde de desenfreno sexual, se quedaron dormidos y despertaron a las ocho. Cuando el hombre se estaba poniendo la ropa, le pidió a la mujer que sacara sus zapatos y los ensuciara con césped y tierra. La chica, intrigada, cumplió las instrucciones de su jefe.
-Él se puso los zapatos y condujo tranquilamente hasta su casa.
-¿Dónde has estado?, preguntó la esposa nada más verlo entrar.
-Querida, no puedo mentirte, tengo relaciones con mi secretaria y estuvimos toda la tarde haciendo el amor de manera desaforada. Me dormí y desperté pasadas las ocho.
Su esposa mira entonces hacia los pies y ve que sus zapatos están sucios, entonces le dice:
-"¡Mentiroso bastardo! ¡Estuviste jugando al golf!
Adulterio:
Una pareja de mediana edad tenía dos preciosas hijas adolescentes. La pareja decide intentar una última vez para tratar de tener el níño que siempre soñaron. Tras intentarlo durante varios meses, la esposa queda finalmente embarazada y dio a luz un saludable bebé tras los correspondientes nueve meses de embarazo...
El jubiloso padre corrió al hospital a conocer a su nuevo hijo. Al mirarlo se horrorizó ya que el níño era el bebé más feo que él había visto en toda su vida. Fue a ver a su esposa y le dijo que no había manera de que él fuera el padre del niño.
-Mirá, flaca, tenemos dos hermosas hijas...
La miró de nuevo de manera desconfiada y le preguntó:
-¿Me has estado engañando, verdad?
-La esposa sonrió dulcemente y le dijo:
-¡NO. Esta vez no te he engañado!
OTRO:
Una mujer estaba en la cama con su amante cuando sintió al esposo abriendo la puerta de entrada.
-¡¡Rápido!!, le dijo a su amante, párate en el rincón.
Luego le frotó rápidamente aceite de bebé en el cuerpo y lo espolvoreó con talco.
-No te muevas hasta que yo te lo diga, le susurró al oído. "Sólo disimula, como si fueras una estatura."
-¿Qué es esto, mi amor?, le preguntó su esposo nada más llegar al dormitorio.
-¡Ah! Es una estatua, le contestó. Los Rodríguez compraron una para su dormitorio y me gustó tanto que yo también compré una para nosotros.
No se volvió a hablar más de la estatua. Alrededor de las dos de la madrugada, el esposo sale del lecho matrimonial y se va a la cocina, prepara un sanwich y un vaso de leche.
-Tomá, le dijo a la estatua. Comé algo. Yo estuve parado domo un idioma durante tres días en la casa de los Rodríguez y nadie me ofreció ni un vaso de agua.
DESESPERADO/A:
Llega un joven desesperado a una farmacia, donde le atiende una mujer madura.
-Señora tengo un problema serio, sufro de erección permanente. ¿Qué me puede ofrecer?
La señora guarda silencio por un tiempo con los ojos muy abiertos y le dice:
-Pues tengo esta farmacia en propiedad, un piso y una casita en la playa.
SUPERPIOLA:
Riiing.... Riiiing...
-¿Sí?
-Doctor, doctor, mi mujer está a punto de dar a luz!
-¿Es su primer hijo?
-No, soy su marido.
Y otro:
-Doctor, doctor...
-¿Qué puedo hacer para que durante las vacaciones mi mujer no quede embarazada?
-Llevársela con usted.
YIROS:
Dos madres se encuentra en el descansillo de la escalera y una le dice a la otra:
-¿Qué tal tu hija?
-De maravilla, después de hacer la entrevista para ese trabajo que le dije, la escogieron. En dos semanas la han ascendido de Administrativa a Jefa de Sección, el jefe le ha dado un coche de la empresa y ahora le va a alquilar un apartamento cerca de la oficina para que tarde menos en llegar al trabajo.
-¿Y la tuya?
-Pues la mía igual de puta pero con menos suerte.
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