HISTORIA DE UN AMOR FRUSTRADO

Saturday, February 24, 2007

EXCELENTE MATERIAL. EL FASCISMO.-

EL FASCISMO. Apuntes por Rogelio Saunders

Un Estado que no quiere aparecer nunca como el causante de ningún mal, sino siempre como el Gran Benefactor, cuando en realidad es en todo momento la única causa de todo el mal que hierve en un millón de lugares a la vez como una gran pústula incurable.
Hay que entender que, en el Fascismo, se trata de una involución social en gran escala. Bajo la máscara del gesto liberador que borra por un momento todas las estructuras sociales (y siempre hay que desconfiar de la anarquía pura: el gran gesto vacío; pero también de la demagogia sonora de los políticos nacionalistas), se esconde la tramoya arcaizante de la dictadura: el artefacto monstruoso que hace metástasis en la forma de una oligofrenia masiva, que es, al mismo tiempo una masiva esquizofrenia paranoide: el socius, inundado y paralizado por el virus de la nomenklatura (virus fascista por excelencia), está al mismo tiempo disminuido y subdividido(pero en medio de una inmensa coyuntación o hacinamiento: la psiquis social como una histérica incapacidad de movimiento y simultáneamente, como un ensimismamiento sombrío: un negro centelleo que avanza espasmódicamente hacia una sístole o una diástole que nunca se realizan), es decir: multiplicado infinitamente en el mal sentido. Todos se sientenperseguidos, vigilados. (Porque todos, efectivamente, son perseguidos y vigilados.) Todos tienen como mínimo una doblepersonalidad (y no como un juego social más, sino como algo en lo cual se juegan realmente su lugar en el mundo -en el espacio y en el tiempo-: su vida y su muerte). Todos padecen de una extraña lentitud y equivocidad, de una arraigada falta de agilidad mental frente a lo Invisible y Evidente que los apresa y los inmoviliza como una densidad omnipresente y omnipenetrante; como un transparente engrudo o cola.
(Al margen. Qué bien supo verlo todo Kafka. Sus visiones, en este sentido, son definitivas. Aunque, naturalmente, van mucho más allá de la estructura fantástica del poder absoluto. Son especulaciones que se adentran en lo insondable.)
El Estado Fascista no es solamente un Estado corrupto en todo nivel, sino que es un Estado que no deja lugar para otra cosa que no sea la corrupción. En ello radica su esencia.
El nacionalismo es el camino más expedito hacia el fascismo.
Los veo, los oigo. ¿Son todos fascistas? No. La mayoría son nacionalistas. (Eso sí, encarnizados. ¿O debería decir: endemoniados?) Y por eso, porque son nacionalistas encarnizados, consienten, apoyan, vitorean el fascismo.
El nacionalismo es el camino más expedito hacia el fascismo. El fascismo empieza siempre por ser nacionalismo, tribalismo, racismo. En una palabra: egoísmo. En una palabra: xenofobia. En una palabra: intolerancia. Hay siempre -dice Brodsky- caras que no nos gustan.
En un momento dado no hay (ya) diferencia entre el nacionalismo y el fascismo. (Cuando el concepto de patria y de poder absoluto se confunden.) El nacionalismo es la (fácil) respuesta fascista al complejo problema de la convivencia, de la interdependencia. (Problema complejo, problema sencillo.)
El totalitarismo en general (y el fascismo en particular) es un asunto de lenguaje (NOTA: Esto del lenguaje es una idea central y debe ser desarrollado a todo lo largo del texto.) El sistema totalitario es una Nomenklatura. (Nombrar y ser nombrado es lo fundamental en un sistema como ése, pero nombrar es también numerar (e-numerar). Los sistemas totalitarios son sistemas estadísticos, en el sentido de enumerativos. El individuo desaparece devorado por las estadísticas. Es sustituido por el número, por la masa. Todo es masa, todo se mide (y se proyecta) en términos masivos. Este es el camouflage exquisito y al mismo tiempo el modus operandi mismo del poder totalitario. Siempre se les oirá proclamar: "Los trenes llegan a su hora", etc.
Todo está pegado artificialmente con el engrudo viscoso y omnipresente del igualitarismo (logos perverso). Lo que esconde esta laca mate (cuyo objetivo es precisamente ese: cegar, ocultar) es el espanto de la división tajante que axializa efectivamente (pragmáticamente) la sociedad en todas direcciones y que es la base misma del sistema totalitario (del poder fascista): lasimple, férrea, inamovible división entre amos y sirvientes. El mejor instrumento para la realización del tenebroso sueño fascista es el partido. (El partido único, se entiende, el partido del pueblo. Un partido así es una casta. Está unido en primer lugar, no por el deber de fidelidad al pueblo al que dice representar, sino por el privilegio (la diferencia) que supone pertenecer a ese cuerpo organizativo-represivo. (Cuerpo que no es otra cosa, en sí mismo, que la megalomanía del Líder materializada. El Partido es el cuerpo del Amo (antes de haber un Estado, lo que hay es un Partido organizado como una institución militar, donde todos obedecen, pero no hay reglas democráticas que lo rijan, como una estructura de seguridad del estado. El estado es el Líder, y el Partido es el Estado. Cada miembro del partido es un organito del órgano gigantesco (hipertrofiado) que es el Líder-Estado. Cada miembro del Partido es un ojo del Amo. Una lente automática del Panóptico. Cuando un funcionario del Partido habla, se trata de un habla maquinal, que pasa por encima de algo que ya está escrito (como en esa imagen de la televisión enque de un brochazo se escribe un letrero). De modo que todo hablante desde y hacia la Nomenklatura es sólo uno que informa: un Informante. El Informante es el hablante típico del sistema totalitario, y el informe (relación, relato) es la base misma del logos de clausura que informa de arriba abajo la lingua diabólica (el Diablo es el Tergiversador) del discurso totalitario. Relato perverso, estadística perversa, contabilidad perversa.) El igualitarismo (expresado en la forma de la distribución racionada (¿razonada?), la repartición equitativa) impide ver la verdaderanaturaleza del Sistema. Enmascara a la casta, a los amos, al auténtico Depredador que absorbe (gasta, mal-gasta) la renta nacional y arruina y asola (devasta) el país (ya sea avanzando hacia adentro o yendo hacia afuera, o ambas cosas a lavez), como una nueva y terrible plaga de langostas gigantescas (o de tambochas igualmente gigantescas). Langostas o tambochas de tamaño humano. Los países por donde pasan se convierten en desiertos. En el lugar de la cultura (de los -¿cómo se dice?- "valores materiales y espirituales") lo que hay es unpavoroso hueco negro.
Nueva proposición a Marx. La clase que domina no es la clase más fuerte económicamente. La clase que domina es, simplemente, la clase (el grupo de individuos) que se ha adueñado del poder.(Concretamente: que lo ha obtenido de algún modo en un momento determinado y lo mantiene para siempre -basado en ese momento único, que se repite una y otra vez- por medio del terror.) (En general, el Poder es siempre cosa de una oligarquía.) Y por eso (porque se adueñaron del poder, porque lo detentan son ellos (la casta, el partido) los más fuertes económicamente. Ya no se trata de estructura y de superestructura. Lo que ignoró Marx fue la naturaleza misma del Poder. Es decir: al Poder mismo, que era aquello por lo cual él (sin saberlo, sin decírselo: éste es el vacío del cubo de la rueda) luchaba, forcejeaba. Lenin fue el primero de los marxistas en comprenderlo enteramente. Fue un verdadero político, desde los pies hasta la cabeza: absoluto, despiadado, sin un ápice de respeto por el individuo (por la persona humana). Sólo respetaba al adversario -es decir, a la fuerza, al poder-, nunca al individuo.
En cambio fue el individuo -esta "nada", esta particularidad no estadística, este en sí caos-el que terminó destruyendo el sistema y disipando el siniestro ensueño totalitario. Este final es ineluctable en la medida en que el poder fascista se estructura sobre la ignorancia infinita de su propia esencia. No podría ser de otro modo, ya que detentar el poder absoluto es ocultar (y ocultarse) absolutamente la verdad acerca del poder, y con ello quitarse absolutamente la posibilidad de reingresar en lo propiamente humano. Mientras más hábil sea un político para efectuar esta operación, más despiadado e inhumano se vuelve. A su vez, el sistema totalitario mismo (que cada vez genera menos entusiasmo y que por tanto cada vez necesita más terror) se vuelve cada vez más frágil, más errático, más monstruoso. La división interna (peligro y horror de todos los dictadores) alcanza el corazón mismo del Partido. Como nadie dice nunca la verdad (ni siquiera cuando la dice aparentemente) el Líder nunca sabrá con quién está hablando. En cualquier momento dado en que se efectúe un corte imaginario en esta ficción de pesadilla, se trata siempre del Poder y nada más que del Poder. Y al poder se accede siempre por medio de una conspiración abierta o encubierta. Hay algo cercano al Líder que es más fuerte que toda esquizofrenia y que todo terror (aparte del miedo y del odio que late como un mar gigantesco fuera de la ciudadela real): la lógica misma del Poder. Entre esas dos conspiraciones (la conspiración de los cortesanos y la conspiración de los esclavos) se juega el juego.
(La Habana, 14.4.97)
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Bueno, creo que es un buen artículo que requiere poca adición de información. Claro y conciso. Claro sobre lo que sucede en la mayor parte del mundo. Conciso porque sólo el que no quiere ver no se da cuenta del momento en que estamos. La vida cada vez más dura, cada vez más difícil: para los de siempre. Para los facinerosos y politicastros, la "omertá" está servida y el pueblo contento con su ración diaria de pan y circo.
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